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«un cómic es como una pequeña película»

al barrionuevo

Ilustración: Al Barrionuevo

Al Barrionuevo es un dibujante argentino radicado en España que desde hace varios años cumple el sueño de la inmensa mayoría de los fanáticos del cómic: colabora con DC y Marvel, las editoriales norteamericanas mainstream más importantes de la historia del noveno arte. Además de haber dibujado la serie Batman: Gothan Nights durante dos años consecutivos, también se encargó de darle vida a diferentes grupos como los X-Men y los Teen Titans y a personajes tan dispares como El Detective Marciano,Tormenta o Gambito, entre otros.

 

Actualmente ilustra portadas para la editorial Valiant, creada por Jim Shooter, un antiguo editor de Marvel que buscaba ofrecer una alternativa para la historieta comercial. Al comparte con su hermano Santiago, cantante y bajista de la banda platense Él mató a un policía motorizado, el fanatismo por el cine y los cómics, y todo lo que tenga que ver con la mitología de la saga Star Wars.

 

—¿Cómo fue tu primer acercamiento al universo de los cómics de superhéroes?

—Me enganché con los superhéroes en los 90’. Hice un curso de dibujo y ahí conocí chicos que eran más fans. De todos modos, cuando comencé a trabajar a mi representante le dije que yo quería dibujar Star Wars, porque nunca me gustaron mucho los superhéroes. “Star Wars no, superhéroes que pagan más”, me decía.

 

—Es raro que hayas cumplido el sueño de un montón de dibujantes, pero sin ser tan fanático de los superhéroes. ¿Cómo llegaste a trabajar para DC Comics?

—Conseguí mi primer representante a través de otro dibujante. Ni siquiera tenía Internet en casa, porque vivía en una pensión en Madrid medio muerto de hambre y no tenía nada. Mi representante era una voz en el teléfono que me decía que le pase mis muestras. Un día me llama a la pensión y me dice: “tengo una noticia buenísima: vas a dibujar Batman”. Yo había hecho dos numeritos de Legión de Superhéroes para DC, pero cuando me dijeron Batman no lo podía creer, era alucinante. Me entusiasmé muchísimo, porque con el correr de los números me hicieron un contrato de exclusividad. Fue una época donde se fue dando todo. Me pusieron como un nuevo dibujante del equipo de DC. Me acuerdo que una vez fueron unos amigos a Nueva York, cuando DC tenía sus oficinas ahí, y había gigantografías con dibujos míos. Habían puesto unos dibujos de Green Arrow, uno medio extraño que hice, con el pelo largo. En ese momento, DC me permitió todo y me trataba muy bien. Fueron dos años que estuve dibujando Batman, y ahora parece rarísimo, porque no duran tanto los dibujantes en una serie regular.

 

—¿Cómo te llevas con las herramientas digitales para dibujar? ¿Las usás frecuentemente o sos más de la vieja escuela?

—Cada vez se recurre más a las herramientas digitales en el cómic, pero en eso sigo siendo muy analógico. Ahora estoy haciendo unas portadas con tinta china, para hacer grises con aguada. Lo que se utiliza mucho ahora y no me gusta, son unos marcadores con distintas tonalidades, que se mezclan y se funden como acuarelas, y tampoco los utilizo. Dibujo como siempre lo hice, no me interesa sumar algunas de esas cosas a mi trabajo. Disfruto haciéndolo de esta manera.

 

—¿Cuál sería la rutina de trabajo de un dibujante de DC o Marvel?

—La historia la preparan en la editorial, donde el editor propone algo y generalmente tiene a un guionista que le lleva una historia. Después buscan al dibujante, y ahí aparezco yo. Me llega el guion, hago unos bocetos muy básicos y se los mando al editor, que lo aprueba o me corrige.

 

—¿Hay algún tipo de diálogo previo con el guionista o tu trabajo es más bien aislado, sin demasiado contacto?

—Ahora se dinamizó todo. Yo puedo trabajar de esto gracias a Internet, porque la interacción con Estados Unidos es más directa. Con las redes sociales es más fácil conocer a tus guionistas y editores, antes no tenía esto. Siempre trabajé sin mucho contacto con el editor, porque el dibujante también le hace caso a lo que dicen. Cuando empecé, metía alguna idea y proponía cosas, pero en general la idea la ponen ellos y no intervenís mucho en la historia.

—¿Cuánto tardas en dibujar un número?

—El tiempo tiene que ser un mes. Ahora también se está estirando hasta cinco semanas. Depende el dibujante que seas. Yo siempre fui un dibujante bastante rápido. Cuando tenía contrato de exclusividad con DC, tenía que hacer nueve o diez números al año. Lo ideal sería hacer doce números, pero tenés que dibujar a mil. Últimamente, no veo muchos artistas que lo completen. Siempre hay que sacrificar algo, estoy seguro que podría haber hecho cosas mejores. El truco es hacerlo bien y rápido.

—Tu trabajo principal es el de dibujante, aunque también hayas entintado varios de tus laburos. ¿Te pasa de quedar disconforme con el proceso de entintado que hacen otros sobre tus dibujos?

—El 99% de las veces (risas). Pero de eso no se habla mucho porque quedás mal. A veces no interpretan lo que quisiste dibujar. Creo que es error de los editores, que te ponen entintadores pensando que son para tu estilo y no lo son. De todas maneras, tuve suerte con muchos entintadores. Francis Portela me entintaba en Batman y entendía lo que yo quería hacer, porque sabía de la anatomía de los personajes. Y él realmente me ayudó. Al principio lo critiqué un poco, pero con los años me di cuenta de que me salvó un montón. Cuando empecé con Marvel me tocó un entintador canadiense que era un genio, Michel Lacombe, un gran dibujante también. Fue el mejor entintador que tuve; que no se enojen los demás.

 

—En estos últimos años, las películas de Marvel y DC invadieron los cines de todo el mundo. ¿Hay algún tipo de influencia en la forma de dibujar que tenga que ver con el cine de superhéroes? Quizás tus editores te dicen: “Si dibujás a Iron Man, que te salga parecido a Robert Downey Jr.”

—Creo que existió pero desde la primera película de X-Men. Si a mí me dan algo que está en una película, intentaría dibujarlo parecido, pero por gusto personal. En un momento, las editoriales no te dejaban utilizar caras de personajes famosos, porque habían recibido demandas por los derechos de imagen. Pero también está lo que pasó con Bryan Hitch, en Ultimates Avengers. Para el personaje de Nick Fury, se le ocurrió que sea negro y tenga la cara de Samuel Jackson. Parece que a Jackson le encantó y se postuló para hacer de Fury, y fue así como lo convocaron para la película. Hitch es un dibujante muy realista, siempre intentó llevar el cine al cómic. Tomó directamente los planos del cine y fue uno de los primeros que empezó con eso. A mí me llamaron de DC porque mi dibujo coincidía con esa moda, con el estilo de Hitch, que es un poco más cinematográfico, con las viñetas largas y estiradas. El éxito de Hitch ayudó a que mi dibujo les interesase en DC.

 

—¿Hay algún director de cine que haya influido directamente en tu estilo?

—Tony Scott, en El último Boy Scout, hace unos planos muy cerrados que me encantan. Explota un coche y no es como en las películas viejas que se ve el coche que vuela, sino que va rodando, se ve de a poco la explosión. Yo dibujaba mucho así, con planos cerrados, pero me criticaron un poco porque no se entendía bien (risas). Creo que le robé más al cine que a los comics. Mi narración tiene más que ver con las películas que con los cómics de superhéroes. Nunca me enseñó nadie narración, tomé cosas del cine, del cómic y me defendí como pude. En este momento lo que más te exigen es la narración y es lo que más me cuesta. Tengo que pensar mucho las secuencias. Vos tenés que elegir el plano, que tenga un dinamismo, una expresividad. Un cómic es como una pequeña película que vas haciendo.

 

pulpa@lanan.com
Nº de Edición: 1682