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Los Patis: «El amor a la cumbia lo asumís con el tiempo».-

Surgidos del riñón de los Inconcientes del Balurdo e hijos de la generación que nació escuchando a Gilda, tomó la primera birra con Rodrigo y Pablito Lescano, los seis músicos que se presentarán este viernes en la Fiesta NaN cocinan a fuego lento un nuevo culto al género.

Por Nahuel Lag

Fotografía y Video Gentilez Los Patis

Buenos Aires, noviembre 28 (Agencia NaN – 2012).- Los Patis se hicieron accidentalmente, «jugando con un tecladito» y el pluggin Látigo cargado en una computadora del  canal 4 cooperativo de Mar de Ajo. Los días en los que la emisión se detuvo por la ruptura del trasmisor, Hernán Vidal (guitarra), Ariel Acciarressi (teclado) e Iván Acciarressi (bajo) engañaron al calor armando bases que al final de las vacaciones del último verano se transformaron en un demo fundacional. La  banda tiene su bunker en el cumbiero barrio de Constitución. Allí comparten estudio con la “degenerada” Los Inconcientes del Balurdo–banda de la que también son parte Hernán, Ariel e Iván– y con la rockera Nolbelto. La casa antigua con bicicletas en la escalera, sombrilla playera como centro de mesa  y posters e instrumentos por todas partes es el espacio creativo de la «cumbia argentina» –mezcla santafecina, romántica, villera, colombia, peruana, cumbia…–  e “instrumental” de Los Patis. Un asado  y un viaje a Córdoba le puso el aderezo –Florencia Lanza (timbaleta) y Tomás Ballefín (bongó)–.  Sergio Navarro (wiro) completó el combo. “Si está sonando cumbia y no movés ni siquiera el vaso del ferné que estás tomando… es porque te estás resistiendo”, desafía Florencia, en la previa del recital que darán como cierre de la Fiesta NaN (a las 23.30 en el Centro Cultural Sur, Meeks 1066, Temperley)  en la que se presentarán junto  a Marina Fagés y Sub. Prometen fiesta. Vayan abriendo los panes.  

Aquel demo de diez temas armado con el pequeño Casio, que descansa en el cuarto vecino de la sala de ensayo, es el motor de la banda, es el que escuchó Tomás para fanitarce con la banda y el que ni siquiera escuchó Florencia, pero le bastó la idea, antes de proponerle a Hernán: “Vamos a cumbiar el mundo”. Para eso se juntan los días de semana alrededor de las tres de la tarde, apretando la agenda entre laburo y obligaciones, y logran que algún que otro vecino haga pista la vereda antes de terminar la jornada de trabajo, cuando la cumbia se escapa por el balcón que da a la avenida Entre Ríos.  

En una de esas tardes cayó Sergio –otro Inconsciente…–, a quien los integrantes de la banda que están en la charla con NaN definen como la “enciclopedia de la cumbia” para la banda. “El wiro era fundamental y no lo teníamos en la banda”, agradece aquel encuentro Ariel Acciarressi. “Si ponés ‘buscó wirista’ en el google no encontrás”, ironiza Vidal.  “El bajo y el wiro llevan la gracia, producen el colchoncito que hace a la cumbia”, evoca Florencia a Sergio e Iván, que no llegaron a la charla. Aunque los colchones están presentes en las paredes, para que no se escape el sonido.  

–Los Inconscientes.. tienen un repertorio variado en géneros, ¿qué los motivó a crear esta banda puramente cumbiera?
Hernán Vidal:– De acuerdo a las teorías que elaboramos, en Los Inconcientes… teníamos tantas diferentes vertientes musicales que funcionó como una olla a presión para que surjan estás dos nuevas bandas. Pensamos en preservar el formato acústico de Los Inconscientes… pero que está la batería y la guitarra distorcionada para los que quieran hacer rock (Nolbelto) y para los que querían ritmos latinos, Los Patis.
Ariel Acciarressi:– Ahora nos pasa que cuando grabamos para Los Inconscientes… aparecen temas re cumbieros, estilo Amar Azul,  y pensamos: “¿los ponemos o no? Es más un sonido para Los Patis”.
Florencia Lanza:– A medida que pasan los ensayos, le encontramos la vuelta a los temas, nos divertimos… y después salimos a tocar. En ese camino, empezamos a entender cómo darle la onda de la cumbia, porque en general todos somos más roqueritos y el amor a la cumbia lo asumís con el tiempo. La cumbia es el único género musical que atraviesa América Latina. También habrá bandas de rock, hip hop y música electrónica, la globalización se trata de eso, pero la identidad que lleva la cumbia es difícil de encontrar. En Perú tiene su sonido particular, en Colombia suena como nació, acá tenemos cumbia santafesina. Mal que le pese a quien no la disfruta, es un ritmo que trae sensación de amor y fiesta. Puede no gustarte, pero si está sonando cumbia y no movés ni siquiera el vaso del ferné que estás tomando… es porque estás haciendo fuerza, es porque te estás resistiendo.

–Pareciera que el género tiene una doble discriminación en la Argentina, no es tomado ni como folklore ni termina de valorárselo como arte…
FL:– Para esnobismos hay de todos los gustos: “A mí me gusta tal cumbia, pero la villera no…”. Hay que reconocer que como en los 90´ explotó el rock stoney se llenó de bandas de ese estilo, la cultura del pibe cantina y la llanta también se abrió puertas. Los pibes cuentan historias que pasan en los barrios, puede resultar agresivo, pero es algo que está presente, contagia y por eso llega a todos lados.  
H.V:– Tiene que ver con no etiquetar sino hacer música, simplemente. Saber que uno conforma una banda que hace rock, jazz o cumbia, o todos los géneros a la vez. En mí caso, me seducen el oído los ritmos latinos y por eso no nos anclamos a un solo estilo de cumbia. Sabemos que tenemos mucho para elegir. Disfruto de tocar la guitarra y de que todos estemos haciendo algo juntos.
T.B:– Además, sirvió para que el que entró por esa puerta de la cumbia siga investigando el género. Así como cuando empezás a escuchar rock vas a buscar las bandas londinenses, en este ritmo conocés la colombiana, la peruana y comenzás a entenderla. Se nota que esto pasó a nivel social, se nota en la cantidad de bandas que surgieron integradas por pibes de conservatorio que se volcaron a este estilo.  

 


–La banda surge en este contexto de explosión de bandas como La Delio Valdéz, Sonora Marta La Reina y Orkesta San Bomba, ¿creen que es casualidad o consecuencia?

H.V:– Esas bandas reivindican la cumbia desde un lugar folklórico colombiano que me fascina, pero que tiene pocos puntos en común con lo que estamos haciendo nosotros ahora. Lo nuestro es más cumbiero argentino…
F.L:– La relación está en una suerte de efecto contagio, ya que apareció una necesidad de escuchar cumbia, de hacer fiestas de cumbia, que son alternativas a la bailanta, y de ahí un espacio para que surjan bandas del género. Fiestas a las que va la gente que no va a Fantástico. Al mismo tiempo, creo que se relaciona con todas las culturas que traen al país los colombianos e inmigrantes de países vecinos que se radicaron acá. Bienvenido.  
T.B:–Lo interesante es que es un momento en el que también se reivindica la fiesta de la música en vivo, algo que la bailanta tiene como esencial y a lo que la clase media no accedía al momento de escuchar cumbia.   
H.V:–Que la cumbia llegó a la clase media, no hay duda. 

Los Patis responden, se analiza, buscan en su historia. Ellos tampoco llegaron a la cumbia por tener el vip en Diversión, Tropitango o Nexo. Florencia dice que fue alrededor de los diez años, cuando sus primos le hicieron escuchar Tropihits Volúmen 1, “un discazo”. Malagata, Poca Plata, Karicia, enumera los intérpretes de los hitazos. Tomás también se referencia en los ’90 de Gilda, Amar Azul, La Nueva Luna, y luego la adolescencia con Rodrigo y Pablito Lescano.  “Son raíces que vuelven a aparecer, a pesar de que durante un tiempo curtás otro tipo de culturas. Por más que estés con el skate y la bermuda o en la Creamfields, suena una cumbia y decís: ‘¡Uuuhhh, qué cumbia!’”.

–Y si esas bandas tenían fuerte peso en las letras, ¿por qué Los Patis se destaca por ser una banda instrumental?
A.A:–Cuando grabamos los primeros temas ni se nos ocurrió ponerle letra. Estuvo relacionado más con el juego, con una diversión musical.
T.B:–También nos pareció interesante romper con esa expectativa de ir a ver una banda y esperar que aparezca alguien cantando al frente. No va a estar, pero va a ser una fiesta igual. No falta el que se acerca a decir: “Si le ponen voz la rompen”, pero nos gusta proponer algo diferente, ir por otro lugar, sin que haya una letra diciéndote algo directamente. Te tocamos la cumbia y date cuenta lo que queremos decir.

Si hay algo que la gente no entiende la primera vez que ve a Los Patis es que se larguen a reversionar a Mozart con punteo, teclado, wiro y percusión.  “Ves la cara de la gente que primero se sorprende y después dicen: ¡Es esa!”, grafica Tomás y se relame: “Disfruto de hacer esos temas, de ser el dedo en la yaga del que lo primero que siente es rechazo, de ver que les cuesta comprenderlo, pero que al final entiende que es un buen laburo artístico, que todo es música y hay que divertirse”. 

Es que a fin de cuentas para la banda de Constitución la cumbia está enlazada a lo festivo. “A veces, me voy enojada de los recitales por los errores que cometo hasta que alguien se acerca y me dice que la gente no paró de bailar. Entonces ya está, qué más se puede pedir. Si la gente no baila, nos preguntamos qué hicimos mal”.  

Se hace silencio. El sol abandonó la sala de ensayo de Los Patis y la luz llega desde un foco que ilumina la avenida. Otro poco llega desde el comercio de enfrente que vende panchos (con papas) y hamburguesas (patis). Pasa un auto y marca territorio: y sólo eras un botón, y sólo eras un botón… Si no fuera día de semana, doblaría por Echagüe hasta Radio Estudio.