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Awka Liwen: un documental para desenmascarar la historia oficial.-

El escritor Osvaldo Bayer guionó en base a una de sus obsesiones –exponer las verdaderas causas de la “tremenda desigualdad” en el país– y con la ayuda en la dirección de un abogado argentino y una politóloga alemana devenidos realizadores audiovisuales, un documental que intenta reconstruir los 200 años de vida del Estado argentino desde una perspectiva con justicia social que discuta la “historia oficial”. El documental les da “un espacio a los descendientes de los pueblos originarios para que expresen sus experiencias y su forma de ver a la sociedad que los excluye y excluyó siempre”, le contó Bayer a Agencia NAN.

Por Ailín Bullentini
Fotografía gentileza de Leandro Teysseire (Página/12)

Buenos Aires, julio 30 (Agencia NAN-2009).- “Rebelde amanecer” es el significado en español de la voz mapuche Awka Liwen. Así eligió bautizar Osvaldo Bayer al documental que guionó y que codirigió junto a dos jóvenes cineastas por hobbie –abogado y politóloga de profesión– y que logra resumir en apenas hora y media su lucha por desplazar del lugar de “única” a la historia oficial con la que “aquellos que detentan el poder escondieron el racismo que aplicaron contra los pueblos originarios y los criollos a lo largo de los 200 años” de vida del país. El film está basado en los relatos de los representantes de las comunidades originarias y recorre hitos de la historia argentina que revelan la persecución de la que fueron víctimas los primeros pobladores y cómo “también la sufrieron los criollos, los inmigrantes y los obreros”, le explicó a Agencia NAN el historiador, desde el sillón que ocupa en cada entrevista que ofrece al calor de “El Tugurio”, como el periodista y escritor Osvaldo Soriano bautizó a la pequeña casita que Bayer tiene en el barrio porteño de Belgrano.

Sentado allí, en una habitación de paredes vestidas de libros y más libros, como todas las de la casa, el escritor interpretó que “la historia argentina es una sucesión de hechos dibujados por los que siempre detentaron el poder, para esconder actitudes y comportamientos racistas contra todos los que no encajaran en su modelo”. La exposición de las verdaderas razones que impulsaron esos comportamientos y la visibilización de “esta tremenda desigualdad que convive en las calles del país” fue “una especie de obsesión” para Bayer. Una obsesión que pudo canalizar en Awka Liwen, un documental en etapa de postproducción que destapa, en la voz de los propios protagonistas, el racismo sufrido por los pueblos originarios, pero también por los criollos, los inmigrantes “de segunda, anarquistas y socialistas” y los obreros “cabecitas negras” en los dos siglos de historia argentina.

Awka Liwen plantea una revisión de los hechos históricos más relevantes de Argentina, descubriendo en ellos la continuidad de un modelo ideológico, político y económico liberal que debía llevarse a cabo y mantenerse a cualquier precio: “Se trata de una serie de actitudes y comportamientos racistas y asesinos que fueron guiados por la mentalidad de la propiedad, de ganar dinero. La mentalidad del progreso, es la historia oficial. Pero ¡ojo! –advirtió Bayer– hay que medir adónde nos ha llevado ese progreso: niños con hambre, villas miseria, campesinos sin tierras. ¿Para quién y para cuántos fue un avance?”.

La “Campaña del Desierto”, ideada y liderada por el ex presidente Julio Argentino Roca, es el punto de partida elegido por los creadores del documental para iniciar el recorrido. “Es hora de revisar las cosas. Fue el primer genocidio del país”, consideró el escritor con el tono de voz suave propio de quien posee la paz del conocimiento. “Los aborígenes exterminados en esos años son los primeros desaparecidos de la historia argentina. El documental logra darles por primera vez, un espacio a sus descendientes para que expresen sus experiencias y su forma de ver a la sociedad que los excluye y los excluyó siempre. Es la voz de ellos”.

El recorrido histórico culminará en 2008, con “el combate” generado en torno a la Resolución 125. El conflicto se desató cuando el sector agropecuario nacional –os mismos nombres que se adueñaron de las tierras que fueron robadas a los indígenas”, acotó Bayer– realizó cortes de ruta que desabastecieron el país por más de cien días, en protesta por el intento del Gobierno nacional de convertir en móviles las retenciones aplicadas a la soja, para que fluctuara acorde al precio de los mercados internacionales. El hecho no fue elegido al azar: “La película termina en 2008 demostrando que en Argentina existe la continuidad permanente de quienes detentan el poder y, en paralelo, un protagonismo discontinuo de las clases populares que por momentos son sujetos de la historia de su país y por otros no. Los que logran desestabilizar son siempre los mismos, los que lograron exterminar, los que golpearon, los que robaron”, explicó de Mariano Aiello, el abogado que codirigió Awka Liwen junto a Bayer y Kristina Hille.

Esta fluctuación del protagonismo de las clases populares –y casi nula en lo que respecta a los primeros pobladores de estas tierras– no es casual y, según los cineastas, el problema con la historia oficial argentina es el mismo que el de la historia oficial mundial. “Fue construida por los que detentaron el poder, para obtener más”, opinó Hille; consideración que su compañero ejemplificó llevando la charla de nuevo a Awka Liwen: “Que los mapas que se muestran en el documental no estén en los libros de la primaria no es casual, la educación es una herramienta más para adoctrinar, y contar la historia de un país de la manera en que los que siempre detentaron el poder en ese territorio lo quisieron. No es inocente”.

Por tal motivo, la necesidad considerada por los tres creadores de Awka Liwen de que el documental se convierta en una herramienta educativa. “Es necesario debatir todas estas cosas, traerlas a la luz, discutirlas. Es una forma de contribuir con la constitución de nuestra identidad como argentinos”. Una de las bases más fuertes sobre las que se sostiene el documental la conforma un estudio llevado a cabo por antropólogos de la Universidad de Buenos Aires que revela que el 63,1 por ciento de la población argentina tiene al menos un antepasado amerindio –indígena o criollo– y “o bien no lo sabe o no quiere saberlo”, ironizó Aiello. “Ese es el punto crucial en el que entra en juego el deber de la memoria. ¿Cómo se puede tener por todo el país plagado de estatuas en honor a un genocida, al ‘Hitler’ de los abuelos de la mayoría de la población y seguir como si nada?”, se preguntó Bayer, que fundó un colectivo de nombre homónimo al del documental con el objetivo de eliminar del territorio nacional los símbolos que homenajearan a “los genocidas” como Roca, hace cerca de diez años.

“Ya hemos pasado 200 años dando por sentado todo, aceptando normas porque los llamados próceres de la patria como Sarmiento, Mitre o Roca, así supuestamente lo dijeron”, sentenció el autor de La Patagonia Rebelde y apuntó que “es tiempo de eliminar toda esa ignorancia bruta y total respecto de lo que pasó”. El guión del escritor, basado en sus reiterados contactos con los protagonistas del audiovisual, los aportes técnicos y producción de Aiello, Hille y otras cien personas que participaron en la realización del film, sumado al aporte de organizaciones internacionales y de algunos gobiernos provinciales argentinos, lograron amalgamarse para generar un documental informativo y educativo que plasmara las convicciones de los tres creadores desde mucho antes de conocerse.

Hille, una politóloga alemana, llegó a “El Tugurio” hace más de tres años, con el objetivo de entrevistar al historiador para una tesis. “No pude evitar contarle de los indios en Argentina. Es como una obsesión para mí”, acotó Bayer. La militancia tendió un puente entre ellos. Resultó ser que la joven treintañera había trabajado la problemática indígena en Guatemala con Aiello, abogado con el que coincidió en los 90s en ese país, que los impresionó por su ”tremenda desigualdad y racismo”. Apuntó Aiello: “El 80 por ciento de la población de ese país es descendiente de mayas. Y el racismo contra ellos es terrible. Ahí es cuando la cabeza nos hizo `click´”. En el camino, nació Macanudo Films, la productora que ambos dirigen y que ya lleva varios trabajos en vidriera.

Las palabras de Bayer aceleraron la cabeza de la alemana, que esa misma tarde le propuso al escritor convertir en imágenes la historia de los primeros pobladores de las tierras argentinas y llevarla a la pantalla grande. Para ambos, “la notoria desigualdad en la sociedad argentina” fue crucial a la hora de diseñar el documental. El guión de Bayer sirvió de guía, pero desde un principio acordaron que estaría abierto a desviarse hacia lugares donde lo disparasen las entrevistas, los testimonios y la investigación, trabajo arduo que duró más de dos años. “Nuestra idiosincracia plantea categorizaciones de ciudadanos de primera y de segunda. El descendiente de europeo no es igualmente tratado que el de criollos o de habitantes de países limítrofes. La igualdad es algo que no está presente en la vida cotidiana de los argentinos. Y como eso falta, tampoco está presente el respeto, que se desprende de ella”, resumió.

Awka Liwen no cuenta aun con una fecha precisa de lanzamiento al público, ya que no está finalizada la etapa de post producción. No obstante, la presidenta Cristina Fernández les aseguró a los tres creadores que editará una tanda de DVDs del documental para repartir a las escuelas primarias y medias del país. Además, el Gobierno rotuló el proyecto de “interés cultural”, de la misma manera que lo hicieron otros 14 ejecutivos provinciales.