Un debut con defectos y virtudes para este joven artista de funk, rock, reggae y hip hop que lleva años en el camino como cantante, compositor y guitarrista. El análisis global da esperanza, pero el que va parte por parte muestra algunas inconsistencias leves aquí y allá.
Por Luis Paz
Buenos Aires, agosto 11 (Agencia NAN 2009).- Qué jodida se ve la cosa para Jhanniel. ¿Que quién es Jhanniel? Es un compositor, cantante, guitarrista y productor que toca desde los 13 (y ya tiene 24), cruza varios estilos, fue artista independiente destacado de MySpace y recomendado de la Gente. Después desgranamos aquello. Primero, hay otra pregunta: ¿qué cosa tiene jodida? Bueno, una cosa. ¿Qué cosa? Maravillosa. ¿De qué color? Negra… ¡El funk! Exacto: en Veo el sol, el tipo se le anima a la relectura argenta del género más hediento (luego del soul) y eso solo ya le vale mención en una escena que en el último lustro no sacó a la luz más que a Tony 70, con quien Jhanniel comparte glamour, a su modo. Que tiene ahí, pujando desde bares y fondas, a Inclán Funk. Que sigue teniendo como artistas jóvenes a los ex Illya Kuryaki. Y que sigue teniendo en Willy Crook a un exponente.
O sea: un panorama desértico, más allá de la calidad de Horvilleur, Dante y Willy. Pero con un espacio propio como el Soul Café. Bueno, en ese desierto, Jhanniel siguió caminando, imaginariamente muy de la mano de aquellos y especialmente de Horvilleur, y ahora puede decir: Veo el sol. Musicalmente, el bajo de Ignacio Etcheverry llena bien, pero le falta un poco de groove. La batería de Brian Ayliffe es austera, pero efectiva. La viola de Jhanniel podría o no estar en algunos temas. La de Demián Marchi brilla cuando la mezcla se lo permite. Y el teclado de Romina Rojkes Tellarini destaca menos que sus coros. Aún así, el conjunto suena bien, sobre todo hacia mediados del disco, donde los volúmenes se ajustan.
Sí, parece un problema de la mezcla, ocurrida en los estudios Jacinto. Dos Jacinto colaboraron también en la creación, lo mismo que Dizzi Espeche (Emmanuel Horvilleur): Hernán, tecladista de Javier Malosetti; y Juan, baterista de Emme y Rosal. ¡Ahí está! Jhanniel es al nuevo funk lo que Emme al nuevo soul: una belleza particular, con fuerza y ganas jóvenes, mucho por crecer y bastante sensibilidad pop.
Ahora, a desmenuzar las canciones: se trata de 13 piezas de funk de arreglos, a veces con toques mulatos, otras algo sajones y algunas pocas negros. Si “Hawai” no estuviera tan reggae, tendría mucha fuerza. “Veo el sol” está para remix. “Vamos” es lo más Dante del disco, que es bastante Horvilleur y por momentos está cantado (salvando las distancias) à la Spinetta padre. Esto se confirma en la letra de “Constelación”: “Constelación en mi frente, hay un ave que escapó de mi boca”. “Elefantes” es bastante volada. “Nada llega a mí” arranca en Jendrix, recorre a The Police cerca de los dos minutos y termina bien arriba. “Cantá conmigo” es un hitazo. “Llega a interior” repite algunas fórmulas. Ya en “Transportate” hay que destacar las bondades vocales de Jhanniel, aunque en ciertos pasajes ser muy técnico lo acerca a Diego Torres. En “El mismo umbral” se despide con un beso en la boca. Y “Lo que te gusta” despeina y provoca con estilo.
Entonces: sí, Jhanniel tiene la cosa difícil, pero con la fuerza que le mete, las virtudes que muestran él y su banda en Veo el sol, todo lo que tienen por progresar y lo bien que se vende la banda, es muy probable que acabe cautivando una porción de público no habituado al género. Pero por lo pronto, es probable que en la estima de los más duchos al disco le falte África.
Sitio:
http://www.jhanniel.com.arMyspace: http://www.myspace.com/jhanniel