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Íntimo round en Espacio Zafra.-

Tres historias de niñez de tres bailarinas son construidas, en este híbrido multidisciplinario, en un mensaje que permite entender cómo es la cotidianeidad de la juventud actual.
 
Por Ailín Bullentini

Fotografía gentileza de Íntimo round
 
Buenos Aires, noviembre 27 (Agencia NAN – 2012).- El dinamismo de los días actuales: las multirrelaciones de las actividades que caracterizan lo cotidiano, ese todo complejo imposible de contar desde una sola dimensión. Íntimo round es una pieza que se permite, sin mambos de ningún tipo, reflejar eso mismo en clave artística. Nace de la danza —su madre es bailarina—pero no es danza nada más. Ni principal. Ni solamente. Es danza, es canto, es música en vivo, es teatro. Es, en definitiva, el híbrido que todas esas disciplinas logran al confundirse en una combinación mayor: el mensaje.
 
La idea de Georgina San Cristóbal fue contar pequeños retazos de la infancia de ella y de sus dos compañeras de ruta artística dancera, Gabriela Fernández Glassman y Lila Acuña. Pequeños momentos que marcaron el camino de las tres y que las diferenciaron entre sí y que, claro, fueron reales. La diferencia entre las tres tuvo que ser fundamental a la hora de pensar en la composición  de movimientos con los que construir el relato que, no obstante –a no olvidar: la pieza es un híbrido de múltiples disciplinas en constante conexión—, contaría también con palabras, objetos, sonido ambiente, música instrumental y en algunos casos el bello canto de una mujer.
 
Así, Gaby apareció enredada en cables de teléfonos, con tubos de viejos aparatos colgando de su cuerpo, que movió tensionado para contar en sus días de pequeña debía oficiar de telefonista de su madre, que tenía millones de amigos, vecinos y conocidos. 
 
Lila se estiró lo más que pudo e imitó con todo su cuerpo el movimiento que las entrañas hacen cuando el estómago quiere devolver algo que no le cayó en gracia. Como cuando su abuela Rosi, en cuya casa vivió durante los días en que sus padres decidieron viajar por disfrute a Japón, le daba de comer comida podrida que tenía en su heladera. O veía la mugre que tapaba los muebles de la casa de su abuela Rosi. O se mareaba con la ropa amontonada arriba de un monitor en desuso en esa misma casa.
 
Georgina repiqueteó desde dentro de una canasta de mimbre adornada  con flores. Es que allí mismo, o en una parecida su abuela le dijo que había llegado volando a la vida de sus padres. “Limpita, blanca, perfumada. Desde París”. La composición de sus movimientos la convirtieron en una muñequita de caja musical con algún desperfecto técnico, que no logra tener paz, que no consigue dar una vuelta entera sin interrupciones.
 
Lo interesante de la (a)puesta de Íntimo round no son las historias, reales y aún así tan fantásticas, sino la manera en que están construidas, fantásticas y tan reales. Es que el grupo artístico que lleva el nombre de la obra forma parte de una nueva ola estética que definitivamente le perdió el miedo a la combinación de disciplinas, a la pérdida del límite entre ellas.
 
Georgina, Gabriela y Lila son bailarinas, claro. Pero se animan a hablar con fuerza, a meterle drama a movimiento. San Cristóbal, además, pensó que  a su idea le iría cien veces mejor la música en vivo que las pistas grabadas. No se equivocó para nada. Llamó entonces a Álex Elgier y a Mariela Méndez Christie que, con guitarra eléctrica, clarinete, radiografías, una copa, un poquito de agua, y otros elementos más de juguete, además de su hermosa voz de mujer, le aportaron enormidad a la obra.
 
¿Son bailarines? ¿actores? ¿cantantes? Son todo, un poco más de una cosa que de la otra, pero prueban con todo, claro, porque en el escenario, son tan personas contemporáneas como debajo de él. Si en la calle son capaces de hablar por teléfono y con ese mismo aparato sacar una foto, contestar un mail, enviar un tweet, conectarme a Facebook y enviar un mensaje de texto, tal vez en el arte se pueda hacer lo mismo, sin perderle el respeto.
 
*La obra continuará en cartel durante los viernes de noviembre a las 23 en Espacio Zafra, Sarmiento 3096, Ciudad de Buenos Aires.